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Un cruce de historia y naturaleza

En el corazón del Eume, el Puente del Ferrocarril se erige como un símbolo de conexión, tanto entre los pueblos de Pontedeume y Cabanas como entre el pasado industrial y la naturaleza que lo rodea.

Construido en 1910 y renovado recientemente, este puente de hierro forjado, con su distintivo color azul y pilares de sillería granítica, cruza el río Eume y ofrece vistas espectaculares de su desembocadura. Aquí, donde las aguas del Eume se encuentran con el mar, el paisaje se convierte en un lugar único que invita a detenerse y a disfrutar del entorno.

El Puente del Ferrocarril no es solo un paso entre dos orillas, es una invitación a explorar el entorno natural que lo rodea. Al caminar sobre su plataforma o admirar la vista desde los andenes peatonales, se puede sentir la conexión con la naturaleza y la historia que este puente alberga. El sonido del río y la vista de los barcos pesqueros que navegan por sus aguas hacen de este lugar un punto de observación único, ideal para aquellos que buscan una experiencia tranquila y auténtica.

Un lugar que se reinventa con cada estación

El Puente del Ferrocarril es una experiencia que se transforma con el paso de las estaciones.

En primavera, el entorno florece y llena el paisaje de colores vibrantes. En verano, el aire fresco del río y la actividad en sus aguas crean una atmósfera animada. El otoño tiñe el paisaje con tonos dorados y rojizos, mientras que el invierno ofrece un refugio de calma y reflexión. No importa cuántas veces se visite el puente, siempre hay algo nuevo por descubrir en su entorno.

Este puente es mucho más que una infraestructura: es un lugar donde la naturaleza, la historia y la tranquilidad se encuentran en perfecta armonía. Visitarlo es una forma de conectar con el Eume de una manera auténtica, dejando que el río guíe el recorrido y te lleve por un viaje lleno de sorpresas. Aquí, el tiempo parece detenerse y el paisaje se adapta a cada momento, haciendo de cada visita una experiencia única.