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La historia florece en cada rincón

En el corazón de Pontedeume, junto al emblemático Torreón de los Andrade, los Jardines de Lombardero se alzan como un refugio de paz y belleza.

Antiguamente, este espacio formaba parte de la huerta del Conde, creada en 1911 como el Parque del Marqués de Figueroa. Décadas después, en 1969, se incorporó un parque infantil, consolidándolo como un punto de encuentro para generaciones de eumeses.

Hoy, este jardín de estilo romántico es un lugar donde el tiempo parece detenerse. Caminos serpenteantes, áreas de descanso y vistas panorámicas al río Eume lo convierten en el escenario perfecto para una pausa en el viaje, un paseo tranquilo o simplemente un momento de conexión con la naturaleza.

Un jardín con alma propia

Recorrer los Jardines de Lombardero es adentrarse en un universo verde donde la flora autóctona y exótica conviven en armonía.

Entre magnolios, palmeras canarias y araucarias, destaca una joya natural: el Metrosidero centenario, conocido como el Árbol de la Bruja. Con más de un siglo de vida, este símbolo natural forma parte del Catálogo Gallego de Árboles Singulares, representando la riqueza y diversidad botánica del Eume.

Cada estación transforma el paisaje de manera única: la primavera y el verano lo llenan de color y frescura, el otoño viste sus árboles de tonos dorados y el invierno lo envuelve en una atmósfera serena y mágica. Porque en el Eume, como en su río, cada visita es distinta, cada experiencia es irrepetible.